La deuda que dejó es un hueco financiero para el gobierno. No supo de petróleo y no sabe de viviendas
Pemex debe a proveedores más de un billón de pesos. A los senadores de MC y PRI se les ocurrió que rinda cuentas el ex director de Pemex, Octavio Romero. Pero eso es imposible: Romero es la mano derecha de López Obrador.
Si alguien está blindado es Romero: presidió el PRD en Tabasco, cuando López Obrador lo encabezó a nivel nacional. Fue contralor del DF, cuando López Obrador era Jefe de Gobierno. Y dirigió Pemex, durante la presidencia de López Obrador. Sí: blindado.
Pero son de locura sus desastres como funcionario de López Obrador. En Pemex, cerró gestión con el peor desplome de la empresa en una década: perdió 620 mil millones de pesos en 2024. Pero en 2020 provocó la pérdida de 257 millones de pesos por hora.
Explicó, entonces, Enrique Quintana, director de El Financiero:
“¿Es acaso imaginable una empresa cuyas pérdidas en un trimestre sean de 562 mil 200 millones de pesos? Esto significa que cada día transcurrido en los primeros tres meses del año, Pemex perdió 6 mil 178 millones de pesos. O por cada hora que pasaba, la pérdida fue de 257 millones de pesos. Las cifras parecen de fantasía”.
Pero, desde Pemex, Romero creó además una red de 11 familiares enchufados en la burocracia dorada del gobierno, cobrando 11.3 millones de pesos anuales, según la Plataforma Nacional de Transparencia, ya desaparecida por el actual gobierno.
Romero puso a cobrar en grande a sobrinos y primos bajo su mando en Pemex; colocó a su esposa, María Eugenia Lozano, como secretaria técnica del Consejo Nacional de Salud; y a su hermana María del Carmen Romero, como subdirectora del DIF nacional.
También le dio contratos a una empresa propiedad de Felipa Obrador, prima del presidente. En 2020 fueron públicos los contratos de Pemex a Litoral Laboratorios Industriales, que recibió 365 millones de pesos de Pemex y otras dependencias.
El historial de Romero habría sido negativo para un gobierno como el de Sheinbaum, que prohibió el nepotismo hasta en la Constitución. Sin embargo, contra Romero no va ni la Constitución: fue nombrado por la presidenta como director del Infonavit.
Su encomienda es nueva en la historia del Infonavit: construir casas. La presidenta le encargó excluir a las empresas constructoras especializadas e idee, él mismo, cómo edificar un millón de viviendas, con 288 mil millones de pesos para que las construya.
Pero será difícil que Romero cumpla en el Infonavit, si todavía no cumple con Pemex. La deuda que dejó es un hueco financiero para el gobierno. No supo de petróleo y no sabe de viviendas.
Es agrónomo. Pero es de imaginar que sucedería si va a la secretaría de Agricultura.
No brotaría ni la hierba.