El alcalde electo de la ciudad de la eterna primavera merece el privilegio de la duda hasta que ejerza su gobernanza
En mi opinión, la ciudadanía de Cuernavaca, Morelos, se metió un autogol cuando motivada por la popularidad de un buen futbolista y el sentimiento de animadversión que tiene por los políticos profesionales, votó por Cuauhtémoc Blanco Bravo para presidente municipal durante el trienio 2016-2019.
Si alguien me dice que estoy prejuzgando al futbolista, que con la pelota en los pies, en la cabeza, y hasta en la joroba, mostró siempre gran inteligencia, tiene razón. El alcalde electo de la ciudad de la eterna primavera merece el privilegio de la duda hasta que ejerza su gobernanza. Ésta dará inicio el 1 de enero del año que entra.
Sin embargo, me atrevo a vaticinar que con el correr del tiempo los morelenses se darán cuenta de que la elección de Blanco no fue un acierto, por la falta de experiencia de éste en el oficio político y su ignorancia en los temas primordiales para conducir con éxito el gobierno de una ciudad problemática como lo es Cuernavaca.
Para llegar a la alcaldía, el ex futbolista fue apoyado por el Partido Socialdemócrata de Morelos, un saldo del extinto Partido Socialdemócrata que perdió su registro nacional en los comicios del 2009, por obtener menos de 2% de la votación en toda la República, menos en esta entidad donde sobrevivió por tener más de 3% en la elección local que se llevó a cabo en paralelo con el proceso electoral nacional. (Se dice que cuando un dirigente del PSD se comunicó con Blanco Bravo: “Le hablo para invitarlo al partido”, el Temo preguntó ingenuamente: “¿Quiénes juegan?”).
Los jerarcas del PSD pensaron que con un personaje tan popular como el Cuauh de candidato podrían lograr un buen porcentaje de votos a favor de su partido para conservar su registro. Supongo que ni los más optimistas imaginaron que ganarían la elección, superando a siete contrincantes identificados con la política y apoyados por los principales partidos nacionales. A todos los dribló el creador de la cuauhtemiña hasta poner la pelota en el fondo de la portería municipal.
El PRD impugnó su candidatura por no tener credencial de elector con domicilio en la capital de Morelos. El Cuauh comentó a su manera: “ Impugnaron mi candidatura, pero se chingaron, cabrones, y aquí estoy”. Y sí, ahí estuvo, a pesar de que presentó ante el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana del estado como currículum vítae una copia de la información que aparece en Wikipedia, donde no se informa de su último grado de escolaridad, pero sí de los 120 partidos que jugó con la Selección Mexicana y de los 152 goles que metió con el América. (Dicen que cuando le explicaron que el PSD era de izquierda, el futbolista comentó: “Qué bueno, porque yo me acomodo mejor jugando por ese lado, aunque le pego con los dos perfiles”).
En memorable discurso expresó: “Necesito su apoyo. Apoyen al PRD”, lo cual se interpretó como si en un clásico América-Guadalajara, el de Tepito hubiera salido con el uniforme de las Chivas. Al saber de su error, el Cuauh grabó un video que subió a Internet, donde dijo: “Anda circulando por ahí un video donde dije PRD en lugar de PSD. Me equivoqué, soy un ser humano, pero cuando llegue a la presidencia municipal no me voy a equivocar con ustedes”. (Como es sabido, cuando se alcanza un cargo de elección popular, deja uno de equivocarse y, sobre todo, se pierde la condición de ser humano).
Durante su campaña prometió: “Me voy a romper la madre por todos ustedes”, y utilizó el programa llamado Las Temocpipas, para surtir de agua a las colonias marginales de Cuernavaca. También regaló playeras en su actos masivos que fueron muy concurridos. Podría decirse que ganó a base de populismo, esa manera de hacer política que el presidente Peña Nieto considera “una amenaza”. Eso dijo en la ONU mientras en el país la Sedesol regala televisiones digitales.
Pero volviendo al Cuauh, una vez ganada la elección, se casó y se fue de luna de miel. Regresó a finales de agosto. Asistió a una reunión de regidores morelenses. En una conferencia de prensa confundió la alerta de género con la equidad de género y regresó a sus vacaciones. Éstas se han prolongado más de dos meses, nadie lo ha visto y ha dejado pendiente la entrega-recepción de la alcaldía.
A 50 días de que tome posesión como presidente municipal de la capital de Morelos, nueve de los 15 regidores electos, entre ellos los del PSD, pidieron que se presente a trabajar el presidente municipal electo para conocer el programa laboral del trienio venidero, así como la definición de las acciones de los primeros 100 días de gobierno.
¿En dónde andará el Cuauh? Tal vez estudiando un curso rápido de política municipal de la cual, la verdad sea dicha, no tiene la menor idea. El señor Blanco ganó la rifa del tigre y no sabe qué hacer con él porque ahora están prohibidos los espectáculos con animales. Me da la impresión de que su nueva responsabilidad le causa una gran inseguridad. O, tal vez, como dice mi amigo Claudio Herrera, no va a cumplir con su trabajo a propósito para que el Congreso local le dé cuello.