El robo al Estado más grande de la historia en México seguirá impune, mientras sea un intocable quien dirigía Segalmex cuando se produjo
Fue curioso que a Hugo Buentello, un estratega financiero del desfalco en Segalmex, la FGR lo capturó mientras salía de la embajada de EU en la CDMX. Pero la FGR anunció su captura una semana después… y en Semana Santa, con todo mundo desconectado.
Buentello es una pieza de caza mayor: en Segalmex, lavó dinero para el dictador venezolano Nicolás Maduro y, con la empresa Grava y Arena, es vinculado en la red de jóvenes amigos de Andrés López Beltrán, que se hicieron multimillonarios en el sexenio pasado.
Como subdirector de operaciones en Liconsa, bajo las órdenes de Ignacio Ovalle (amigo histórico y primer jefe laboral de López Obrador), el capturado Buentello montó un entramado para lavar dinero mediante el envío de alimentos a Venezuela.
Con Ovalle al frente, Segalmex registró el mayor desfalco en la historia de la administración pública de México: 20 mil millones de pesos en compras simuladas, empresas fantasma y hasta en apuestas en la Bolsa de Valores.
Buentello firmó un contrato para la adquisición de 50 mil bolsas de leche en polvo, por 86 millones de pesos, con Grupo Vicente Suárez 73 SA de CV. Pero las 50 mil bolsas de leche en polvo jamás existieron; mientras alguien se embolsó la lana.
Sin embargo, Buentello se fue por su propio pie de Segalmex, y reapareció haciendo negocios con los gobiernos morenistas de Tabasco y la CDMX, como dueño de Grava y Arena, una marca de mobiliario urbano.
Grava y Arena participó en la construcción del malecón de Villahermosa, Tabasco, que tuvo un presupuesto de arranque de 400 millones de pesos; y en el proyecto de “De Manantial a Manantial”, en la CDMX, que tuvo en 2022 un monto de 229 millones.
Tras ser acusado por el desfalco en Segalmex, el para entonces exitoso empresario con gobiernos morenistas estatales Hugo Buentello se sometió a cirugías plásticas en el rostro. Y desapareció, hasta que la FGR lo agarró saliendo de la embajada de EU.
¿Qué hacía en la embajada de EU un exfuncionario del gobierno de López Obrador que lavó dinero para el dictador Nicolás Maduro? Y que, además, es vinculado al hijo de López Obrador que controla el reparto de candidaturas en Morena.
Las relaciones de la 4T con Maduro siempre fueron del interés de Washington, desde que Segalmex y Caracas movieron millones por todo el mundo, contrabandeando comida, petróleo y carbón, burlando las sanciones de EU contra Maduro.
Pero el robo al Estado más grande de la historia en México seguirá impune, mientras sea un intocable quien dirigía Segalmex cuando se produjo. Pero el castigo para Ignacio Ovalle fue que, a sus 80 años, no vuelva ser funcionario.
Es que es amigo.