Presidente que, hay que reconocerle, les mandó otro mensaje perentorio: no coman ansias. Si hay un párrafo controvertido, que se discuta; si está mal hecho, que se suprima
Desde que reingresé, hace 56 años, a los medios de comunicación en México, he tenido la oportunidad de presenciar y participar en contra de ellas, todas las campañas de los gobiernos de cualquier nivel por controlar la libertad de expresión.
Desde Luis Echeverría hasta la señora presidente, todos han entendido la función social que los medios cumplen, y la han querido sujetar a su modo de pensar y, sobre todo, a su autoridad. En realidad, eso comenzó formalmente con Gustavo Díaz Ordaz, pero no me tocó vivirlo directamente. Todos han hecho algún avance; ninguno ha logrado el control total.
Los manipuladores del cuatrote aprovecharon un pasesito a gol que les dio la secretaria de Seguridad Nacional de los Estados Unidos cuando mandó comprar tiempo en la pauta comercial de televisoras mexicanas, para emitir un spot amenazante dirigido a todos los que potencialmente tuviesen el sueño de irse a los Estados Unidos sin papeles: los voy a deportar, les dijo la señora Kristi Noem; sí, la mujer a la que le robaron el bolso en un restaurante caro de Washington. Por cierto, ya capturaron al ladrón. ¿Qué creen? es un individuo ilegalmente en los Estados Unidos. Obvio.
Con ese petexto -el del spot amenazante- la señora presidente mandó al Senado una iniciativa de reformas a la ley de Telecomunicaciones, que por cierto es bastante mema. La ley. Su motivo tuvo: la desaparición del autónomo Instituto de Telecomunicaciones le abrió cancha para trasladar sus funciones a dependencias del Ejecutivo; lo cual de por sí es una chingadera.
Pero en ese reparto del botín, a alguien se le ocurrió incluir la prohibición al extraño enemigo que se anuncie en nuestra impoluta tele. Y, de paso, poder bloquear la señal de internet de las plataformas que no gusten al gobierno.
Como todos los anteriores intentos de mordaza, el parrafito está redactado de manera intencionalmente confusa, a fin de que cada quien -especialmente los jueces que dentro de mes y medio vamos a elegir “democráticamente”- lo interprete como le dé su gana.
Se podrán cerrar plataformas “a petición de las autoridades correspondientes, en casos de incumplimiento de disposiciones u obligaciones previstas en las respectivas normativas que le sean aplicables”. Así de claro.
No es la mañosa redacción ni la perversa intención de la movida lo que me inquieta: ya me acostumbré, después de tantos sexenios. Lo que debiera llamarnos la atención es la actitud lacayuna del Senado de la República. La iniciativa presidencial tiene más de 300 hojas; se supone que cada uno de los senadores de la comisión de Telecomunicaciones debe haberla leído, entendido, meditado sobre ella, y tomado una decisión en el mejor interés ciudadano.
Pues los señores de la comisión, por mayoría que maneja Morena, en menos de 24 horas corridas aprobaron el documento comme il faut, que en francés quiere decir como debe de debe. Sin cambiarle una sola coma. Supuestamente hoy lunes, y a toda prisa, la iban a presentar al pleno para darle gusto a la señora Presidente.
Presidente que, hay que reconocerle, les mandó otro mensaje perentorio: no coman ansias. Si hay un párrafo controvertido, que se discuta; si está mal hecho, que se suprima.
Tomen, changos, su banana. Háblenle al Chapulín Colorado.
PARA LA MAÑANERA DEL PUEBLO (porque no dejan entrar sin tapabocas): Por tradición, logística, conveniencia y cortesía, el Cónclave vaticano para elegir al sucesor del papa Pancho no comenzará esta semana: están corriendo los nueve días del rezo del rosario por Jorge MarioVergolio. Luego debe venir la encerrona cardenalicia. Eso da a todos los grillos del Vaticano, esto es todos los purpurados, días de oportunidad para cabildear y convencer a los demás en favor de su o sus favoritos. De todas formas, tengo elementos para suponer que el próximo papa será italiano y que el Cónclave no durará más de día y medio. Y si no, que se vaya mi alma al infierno.