Para Claudia Sheinbaum el reto es claro, debe promover el diálogo y la conciliación, “porque hay que saber perder, pero también ganar”
La “fiesta de la democracia” terminó ya, no queda lugar a duda que Morena y aliados (rémoras) barrieron con todo. Tocará a Claudia Sheinbaum, no poner el segundo de la 4T, sino construir la 4T, ya que la gestión del presidente López Obrador fue un fracaso.
Pero con el fin de la “fiesta democrática”, aparecieron también las víctimas de la resaca, o cruda, dicho en buen mexicano. Por un lado están los que tienen la “cruda de la victoria”. Estos se sienten todopoderosos, con un manto casi sagrado (faltaba menos, ganaron por un montón de votos).
Entre los “crudos de la victoria” podemos encontrar al todavía diputado Ignacio Mier, quien dijo que en el mes de septiembre se aprobarían todas las reformas que el presidente López Obrador envió al Congreso el pasado mes de febrero. Las declaraciones de Mier, combinadas con otras del presidente López Obrador provocaron nerviosismo en los mercados y que el dólar se cotizara a poco más de 18 pesos.
Otro de los “crudos de la victoria” es Gerardo Fernández Noroña, quien señaló que la coalición oficialista tiene derecho a la mayoría calificada:
“Vamos por partes, dicen que estamos sobrerrepresentados, ganamos 30 estados los senadores de mayoría, 30 de 32, 93%, ganamos 251 distritos de mayoría, 83% y dicen que no tenemos derecho a la mayoría calificada, pero absolutamente y vamos a tener mayoría calificada en la Cámara de Senadores y en la de Diputados y nos vienen a plantar aquí que no ejercemos la mayoría que tengamos compasión…”
El legislador, famoso por su rijosidad, agregó:
“Tuvieron compasión cuando empobrecieron al pueblo de México, tuvieron compasión para rematar el patrimonio nacional, tuvieron compasión para traicionar los intereses de la patria, ninguna, era la mayoría mayor y se comportaban con una arrogancia absoluta, nosotros no vamos a hacer ni arrogantes ni autoritarios, pero vamos a ejercer la mayoría que el pueblo nos dio, porque de lo contrario estaríamos traicionando al electorado.”
Fernández Noroña remató:
“La oposición sigue sin entender que en México el pueblo manda, en México nadie más y los puso en su lugar y no hay ningún ejercicio autocrítico…”
Pero no sólo hay “crudos de la victoria” entre los políticos de la 4T, también los hay entre la gente de a pie, la que sufre con las fallas del gobierno. Una de esas personas es un primo mío. Él , de quien voy a omitir su nombre, como el resto de mis parientes, saben que yo no estoy de acuerdo con los principios del actual gobierno. Ayer me vio caminar por un terreno contiguo a su casa y en automático puso en un altavoz podcast producidos por partidarios del actual gobierno. En cuanto me perdió de vista, de inmediato y cambió los podcast por música de Joan Sebastian, los Tigres del Norte, los Ángeles Azules y creo que sonó algo de los Terrícolas,
¿Qué ganaron Mier y Fernández Noroña con sus declaraciones?¿Qué ganó mi primo al poner los podcast? La respuesta es nada. Los primeros deben darse cuenta que a la gente, la ciudadanía, al pueblo, como ellos dicen poco le interesa el Plan C; por lo que está más preocupada es por satisfacer sus necesidades y las de su familia, así que decir que en las urnas recibieron el mandato ciudadano de ejecutar el Plan C o “X” reformas constitucionales es una exageración, por no decir mentira.
Pero pasemos, aunque sea brevemente, a los que tienen “la cruda de la derrota”., empecemos por la clase política.
Entre los políticos con la “cruda de la derrota”, hay un grupo que señala que se hizo lo que se pudo, con lo que se tuvo. Estos políticos están muy cómodos con los cargos que alcanzaron por la vía de la representación plurinominal, puestos que por dignidad deberían de rechazar.
Otro grupo de políticos con “la cruda de la derrota” se han dedicado a vociferar, señalando errores, sin admitir las responsabilidades que les tocan
Con la “cruda de la derrota” hay miles de personas que asistieron a las concentraciones en defensa del INE, de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que tal vez en este momento se pregunten: ¿De qué sirvió si nos aplastaron?. En este grupo hay otros que aseguran que nada se podía hacer contra la fuerza del dinero del gobierno que intervino de manera descarada en los comicios.
Pero para la “cruda de la victoria”, como para la “cruda de la derrota” hay remedios.Para la primera la solución son las matemáticas. Si bien Claudia Sheinbaum obtuvo 35 millones de votos, por hablar en términos cerrados, el padrón electoral estaba compuesto por casi 100 millones de personas, lo que quiere decir que al menos hay 60 millones de personas, para las que tiene que trabajar y que no piensan como ella. En términos reales, fue apoyada por la tercera parte del electorado.
Para la “cruda de la derrota”, el remedio está en la organización de la ciudadanía y, como dice Enrique Krauze, “hacer que siga” el movimiento social que llenó plazas para oponerse a las ocurrencias del poder.
Para Claudia Sheinbaum el reto es claro, debe promover el diálogo y la conciliación, “porque hay que saber perder, pero también ganar”.
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