Minuto a Minuto

Internacional Zelenski considera inútil la tregua de tres días anunciada por Moscú en torno al 9 de mayo
"Intentemos un alto el fuego de 30 días. ¿Por qué de 30 días? Porque es imposible acordar nada en tres, cinco o siete días" dijo Zelenski
Internacional Los cardenales se reunirán dos veces el lunes antes del cónclave
Los cardenales indican que necesitan "un poco más de tiempo para rezar juntos" tomar una decisión correcta sobre quién sucederá a Francisco
Internacional Aumentan a 233 los muertos por el derrumbe de la discoteca en Santo Domingo
Las muertes por el derrumbe en la discoteca Jet Set subieron a 233, tras el fallecimiento de una mujer hospitalizada desde entonces
Nacional Acnur cierra cuatro oficinas en México por “recortes financieros”, pero deja ocho abiertas
La Acnur indicó que "debido a los recortes financieros" cerró las oficinas ubicadas en Chiapas, Tabasco y Jalisco
Deportes El debutante Antonelli supera a los McLaren y saldrá primero en la ‘sprint’ del GP de Miami
Antonelli, de 18 años, marcó el mejor tiempo en la SQ3, la tercera y decisiva ronda del 'sprint shootout', con récord de vuelta en el circuito que rodea el estadio de los Miami Dolphins, equipo de la NFL, la Liga profesional de fútbol americano

El gobierno calló los peligros de Otis. No dijo lo que sabía, no advirtió a la gente, no indujo la alerta en los medios.

A las 6 de la tarde del martes 24, hora de México, el Centro Nacional de Huracanes de Miami dijo que Otis era un huracán de categoría 5, “potencialmente catastrófico” al tocar tierra.

A esas horas, miembros de Protección Civil iban por calles y playas de Acapulco pidiendo con magnavoces, “de la manera más atenta”, cuidar a los ancianos y a los niños.

Pasadas las 8, el presidente López Obrador tuiteó un “atento aviso”, diciendo a los guerrerenses que tuvieran cuidado, que el huracán entraría a tierra entre 4 y 6 de la mañana (entró a las 12:30 de la noche).

A las 9, el centro de Miami dijo que Otis era “un escenario de pesadilla”.

A las 10, Acapulco estaba en jauja, los negocios, bares y restoranes abiertos, los hoteles tranquilos sin haber dicho a sus huéspedes nada sobre el riesgo.

(Estos datos y más en Raúl Trejo Delarbre @ciberfan, Sandra Romandía @Sandra_Romandia y Peniley Ramírez @penileyramirez).

El Presidente y el gobierno se fueron a dormir sin advertir a la gente ni activar protocolos de atención de desastres.

Si hubieran hecho las dos cosas no hubieran evitado un solo cristal roto por la furia de Otis, pero hubieran salvado vidas, movido gente a lugares seguros y le hubieran dado a los acapulqueños el recurso del miedo ante el peligro y la ventaja del conocimiento.

El gobierno hubiera amanecido al día siguiente cerca de la gente, al pie de los daños, útil frente al vacío social y la rapiña, claro ante las pérdidas, alerta frente a la inermidad, el dolor y las urgencias de la catástrofe.

Nada habría podido el gobierno contra la furia de Otis, pero habría empezado rápido a darle la cara a la tragedia y a unir a la nación en torno a ella.

La destrucción de Otis hubiera sido igual, pero el tamaño de la tragedia no, sería mucho menor, no me cabe duda, si hubiera tenido la acción preventiva del gobierno y la respuesta solidaria de la sociedad.

El gobierno calló y perdió todo eso.